Ma. Alejandra Trujillo – Ecuador

Duelen los silencios, las evasivas, la distancia, los limites, los paradigmas, la indiferencia; son sentimientos que he venido develando en las personas y que al contrario de lo que pareciera, me han hecho mucho más fuerte, más guerrera, más yo.

Solo mirar a los ojos a las personas me permite leer su alma, su esencia, sus angustias, su alegría y también su temor, muchas  de ellas no comprenden cual es la intensidad en que vivo la vida, no la vivo de afán, ni giro en pro de lo que tengo al lado, la vivo en un plano superior a lo normal, solo busco mi felicidad.

Creo en las personas, amo sin parar,  entrego lo mejor de mi por los demás, porque tengo la claridad que soy “yo” la única que escribe mi historia.

Ayer celebraban el día del amor y la amistad en Colombia, hecho que me toco vivir a la distancia y siendo honesta fue algo melancólico, es de esa dualidad de sentimientos que a veces florecen.

Ser consentida, mimada y rebelde también hace que tenga una faceta que muy pocas personas conocen, así que tome impulso y aclare varias cosas de mi vida, la primera que no quiero a nadie cerca de mi corazón que no sea especial, dulce y me cuide, que lo blindaré para no usarlo y así vuelve el pragmatismo puro y duro que siempre me ha caracterizado.

La segunda que ahora tendré más cuidado con la palabra de las personas, muchas prometen tantas cosas llenándote de expectativas y luego te das cuenta que son palabras vacías y sin un verdadero compromiso, que dejarte sola en la mitad del mundo es indiferente para ellos, y que si les importaras buscarían que siempre te sintieras acompañada.

y la tercera, decreté que mi felicidad solo depende de mi, de mis decisiones, de mis acciones, así que deberé tener mucho más cuidado con cada una de ellas, con las personas que entran a mi corazón, para que esa experiencia se pueda purificar y luego trascender.

Conozco a diario tantas personas que se siente la diferente energía, muchas de ellas posiblemente no las vuelva a ver, otras con las que trabajo  y me permito ser cálida y dulce a la vez; pero existen otras a las que les entrego mi corazón, las que deseo que permanezcan eternamente en el, las que me marcan, por las que lucharía con toda mi fuerza por jamás perderlas.

Soy una convencida que la vida es un ratito para dejarla en manos de terceros, así que esta semana trataré de tomar mejores decisiones de vida, preguntaré todo, no presumiré nada, de manera que me permita entender quien se merece en realidad estar en mi corazón.

¡Feliz día del Amor y la Amistad, desde la mitad del mundo!